Ingredientes para 4 personas:
4 placas de lasaña
1 bolsa de espinacas congeladas troceadas
1 diente de ajo
Aceite de oliva virgen
1 tarrina de ricotta o requesón
6 lonchas de jamón york o pavo
queso rallado
Preparación
Se ponen las placas de lasaña en remojo hasta que se pongan blandas. Aunque en las instrucciones digan que no hace falta, porque aunque lo vamos a meter en el horno, al no llevar salsa se quedarían duras.
Por otro lado se corta un diente de ajo muy finito y se pone a rehogar en una sartén con un poquito de aceite. Antes de que empiece a dorar, se añaden las espinacas descongeladas y se rehoga todo junto unos 20 minutos. Tiene que evaporarse todo el agua que llevan las espinacas para que no quede aguada la lasaña.
Se deja enfriar y se añade el requesón, y se pone sal y pimienta al gusto. Si os gusta alguna otra especia la podéis añadir aquí también.
Ahora se monta la lasaña en un recipiente que se pueda meter en el horno.
Se pìnta el fondo del recipiente con un poco de aceite. Yo usé un aceite aromatizado con hierbabuena para darle un toque más fresco.
Se pone una capa de capas de placas de lasaña, por encima la mezcla de espinacas y ricotta y se cubre todo con lonchas de jamón york. Se vuelve a repetir la operación, hasta acabar con toda la mezcla. Por encima le podemos echar queso rallado para gratinarlo. Podemos usar un queso bajo en grasa si queremos.
Lo metemos en el horno precalentado a 180º durante 10-15 minutos. Sólo el tiempo de calentarlo todo, ya que la cocción ya se ha realizado en la sartén.
Y ya tenemos un plato listo para cenar rico y sano.
¡Feliz cena!
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