El hecho de cortarlas así es porque quedan más bonitas y también por a Cé y eSe les entran más por los ojos, son más fáciles de comer, se hacen más rápido (y así ahorramos energía) y para mi, están más ricas.
Si un día os véis con ganas podéis cortar muchas y luego congelarlas. Asi solo las tendréis que sacar del congelador.
Aquí las cantidades variarán en función del hambre que tengáis!
Pelar las patatas, cortarlas en rodajas de 1cm o 1,5 cm de grosor (no las cortéis más finas, que sino se deshacen) y ponerlas a hervir con un poco de sal gorda durante unos 10 minutos (desde que hierve el agua), aunque el tiempo variará en función del tipo de patata. Para saber si están cocidas, las podéis pinchar con mucho cuidado con una aguja o la punta de un cuchillo.
Las judías salen mejor al vapor, por lo que una vez más usaremos la vaporera o el varoma para los que tengáis thermomix (en ese caso las patatas se hacen en el vaso, dentro del cestillo para que no se deshagan). Aquí el tiempo de cocción también varía en función de lo crujientes que os gusten las judías. A mi me gustan al dente y con el mismo tiempo de cocción de las patatas es suficiente.
En el mismo recipiente donde se cuezan las judías, ponéis los huevos envueltos en papel film y bien atados unos 4 minutos antes de que termine la cocción de las judías y las patatas. Este es el tiempo para que el huevo quede blanda la yema y hecha la clara.
Foto de como envolverlo.
Ponéis el papel film encima de un vaso, lo untáis de aceite, sal y pimienta y echáis el huevo. Es importante atar bien el paquetito. Yo lo ato con una cuerdecita o con los alambres como los del pan bimbo.
No olvidéis sacar el huevo, que sino se quedará cocido totalmente. Aunque así también está rico.
Una vez que todos los ingredientes estén hechos, yo paso las patatas por la sartén con un poquito de aceite de oliva y azafrán (me encanta el azafrán, tiene un olor que está entre mis favoritos). Y listo!
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