En España hay tantas maneras de hacer
una tortilla de patata como madres o abuelas. Y el caso es que para cada uno de
nosotros, la mejor tortilla de patata
suele ser la que hace nuestra madre.
A mi la que hace mi madre me gusta, pero no tanto como
para decir que es mi favorita. Y es porque mi madre lo hace todo con prisas y
la tortilla de patata hay que mimarla, darle tiempo. Eso lo hace mejor mi padre... :)
En la cocina, a parte del tiempo, elegir unos buenos
ingredientes ayuda a mejorar el resultado final.
La tortilla se elabora con 4 ingredientes principales: la patata, el huevo, la cebolla
y aceite de oliva.
La calidad de los huevos dependerá en gran medida del modo de
cría de las gallinas. Si la economía permite escogerlos de corral, mucho mejor. El modo de cría de las gallinas lo podéis
ver en un código de números rojos que se graba en la cáscara. Este código indica varias
cosas:
·
Primer dígito: forma de cría de las gallinas
·
Dos letras siguientes: Estado Miembro de
producción
·
Resto de dígitos: Granja de producción
Aquí voy a entrar un poco
más en detalle porque es algo que mucha gente desconoce:
·
Si es un 3 "criadas en jaulas": Las gallinas viven enjauladas y
hacinadas en condiciones artificiales, lo que les produce diversas enfermedades
y sufrimiento.
·
Si es un 2 "criadas en suelo": Las gallinas han sido criadas en
grandes naves, hacinadas horizontalmente. Se les controla la iluminación 24
horas al día para una máxima productividad.
·
Si es un 1 "camperas": Las granjas tienen, además de un gallinero
como el de las gallinas en suelo, corrales al aire libre donde las gallinas
salen a picotear, escarbar y darse baños de arena.
·
Si es un 0 "de producción ecológica": Las instalaciones son
similares a las granjas de gallinas camperas, pero se alimentan con pienso que
procede de la agricultura ecológica.
Por tanto yo os aconsejo que compréis siempre huevos
del dígito 0 o 1… más que nada por las pobres gallinas y porque el sabor cambia
una barbaridad.
Preparación
Para ello necesitaréis, un buen cuchillo y bien afilado,
una sartén grande, una pala de madera, un plato y un tenedor.
Lo primero que hay que hacer es pelar las patatas. Las podéis pelar con un cuchillo bien afilado
(nunca de sierra) o con un pelador. Es importante quitarle todos los granitos
que pueda tener, ya que dan un sabor amargo, además de que quedan muy feos.
Una vez que estén peladas, hay que lavarlas para quitarles
algún resto de tierra que pudiera quedar. También es importante secarlas, ya
que sino al echarlas en el aceite caliente pueden saltar y os podéis quemar.
Una de las tareas más difíciles es la de cortarlas. Para esto es importante
tener un buen cuchillo o una mandolina (si no la habéis comprado ya, veréis que aquí os daré ideas para darle mucho uso).
Se pueden cortar de varias maneras. En finas láminas
de unos 3 milímetros o en cuadraditos. El sabor no variará, pero sí la textura
de la tortilla. Yo os recomiendo que la cortéis en láminas, ya que así la
patata se cocina antes y absorbe menos grasa.
También hay que cortar la cebolla de la misma manera
que se hayan cortado las patatas.
Después en una sartén grande antiadherente a fuego
lento (aquí es donde es importante tener paciencia) pocharemos en abundante aceite de oliva la patata. Para saber si la
estamos pochando: no debe dorarse y sí debe quedar blanda. Es importante que
las patatas tengan espacio en la sartén y no estén amontonadas.
La cebolla, yo la pocho en otra sartén para darle un
toque caramelizado añadiendo una cucharadita de azúcar moreno. Pero se puede
pochar a la vez que la patata.
Cuando la patata este pochada, la sacamos y escurrimos bien para quitar todo exceso de
grasa. Lo mismo para la cebolla.
Batimos muy bien los
huevos hasta conseguir que nos salga espuma, de esa forma quedará más esponjosa
al cuajar la tortilla y le añadimos las patatas y la cebolla que tenemos
reservadas.
La patata no se machaca con en el huevo porque el
almidón se mezclaría con el huevo y quedaría como un puré frito a la hora de
cuajar. Lo bueno es apreciar la patata, junto con el huevo.
El último
paso es cuajarla. Para ello ponemos
la sartén de nuevo a fuego medio-alto y
ponemos tanto huevo y patata como queramos el grosor de la tortilla. Hay que
tener en cuenta que si echamos mucho y queremos que nos quede cuajada,
tendremos que bajar el fuego para que se dore y se cuaje y al revés. Por tanto
el tiempo de cocción dependerá del grosor de la tortilla. Para una tortilla de
unos 4 cm de alto, la cocción está en unos 5 minutos por cada lado.
Para darle la vuelta, se pone un plato
tapando la sartén (obviamente el plato tiene que ser de un diámetro ligeramente
más grande que la sartén) y de un golpe de muñeca darle la vuelta, lo
importante es hacer bien el borde. Para ello podéis utilizar la espátula de
madera para redondear el borde. La cocción por el otro lado será del mismo tiempo.
Una vez
que se haya cuajado de cada lado, ya tenéis lista vuestra tortilla para
degustar caliente, templada o fría.